La niñez del Profeta Khual
El Gran Bardo se sentó sobre un tocón de árbol que alguien acercó a la hoguera. Después, acercó su arpa y la afinó mientras los presentes se acercaban y, sentándose en la hierba, formaban un círculo alrededor de él. El Gran Bardo dirigió una reverencia al rey Phiel y a la reina Ilean que se encontraban sentados en primera fila, y con mágicas notas salidas del roce de sus dedos con las cuerdas del arpa, regalo del mismísimo Rey, comenzó su historia:…
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