El Tesoro Perdido

El día de hoy, camino a casa de la oficina me topé con un ángel.

Supe que era un ángel porque podía ver sus alas blancas, fantasmales, extendidas hacia el cielo, aunque al parecer nadie más las notaba. Creo que se percató de que le había reconocido porque se acercó a mí.

El ángel me contó que estaba en una misión desde hacia más de 20 años.

Su misión consistía en recuperar cierto Tesoro que Dios había prestado a los humanos, pero al darse cuenta de que aún no estábamos listos para recibirlo, había enviado a su ángel a recuperarlo.

Pregunté si ese tesoro era como el Santo Grial, a lo que el ángel me respondió que no, que el Grial hacia muchos siglos era custodiado por un antiguo rey, y que comparado con el Grial este tesoro era mucho más maravilloso.

Pregunté de que se trataba el tesoro, y el ángel me contó que se trataba de un Alma… un Alma que Dios había forjado para ser perfecta e incorruptible aunque se enviara al Mundo, una guía para las generaciones por venir. Pero era un alma tan especial que el mundo no sería capaz de comprenderla aún, y acabaría lastimándola, dañándola… y el alma se defendería y con dolor en su corazón destruiría a quienes se atrevieran a lastimarla…

Curioso por la explicación, pregunté al ángel porque la buscaba en ese sitio específico. El me contesto que había detectado que la persona que poseía esa Alma tan preciada, había pasado por ese lugar y había tomado esa ruta.

Era extraño, porque la ruta que señalaba era la que habíamos estado siguiendo mientras platicábamos, y era la ruta que seguía a mi casa cada día.

El ángel me preguntó si quizá yo no conocería a esa persona, ya que la ruta me era tan conocida y yo le dije que no sabría decirle. Entonces, el ángel colocó su mano en mi cabeza y transmitió los pensamientos y sentimientos que había recolectado del Alma extraviada. En esas dudas, en esos deseos abandonados en el aire pude descubrir que si conocía a la persona que buscaba el Ángel.

Y que mi Dios me perdone, porque le mentí al ángel. Me despedí de él y le dije que nunca había visto a esa persona cuando, asustado porque te pudiera alejar de mi lado, me di cuenta de que la persona que el ángel buscaba eras tú, mi amada…

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